jueves, 3 de diciembre de 2020

CADA UNO ES INSUSTITUIBLE Y NADIE PUEDE QUEDARSE ATRÁS

CADA UNO ES INSUSTITUIBLE Y NADIE PUEDE QUEDARSE ATRÁS (Discurso de Navidad de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, 2 diciembre 2020) “La Navidad y el Belén celebran el nacimiento de Jesús de Nazaret. Con el nacimiento de Cristo medimos los siglos y se funda nuestra civilización. Dios se hizo hombre. Por eso desde el cristianismo, nuestra cultura, celebramos el hecho mismo de ser humanos. Esto nos recuerda que necesitar y necesitarnos nos hace verdaderamente humanos en el mundo, que en otros tiempos era Cristiandad y hoy llamamos Occidente, a diferencia de las sociedades colectivistas, cada uno es insustituible y nadie puede quedarse atrás. Al tiempo que celebramos en nacimiento de Cristo, celebramos la Epifanía, la tradicional fiesta de los Reyes Magos que simboliza la manifestación de Dios a todos los pueblos de la tierra, a todas las razas: orientales, blancos y negros. El cristianismo se hace así, nada más nacer, católico, que significa universal. Por eso España siempre ha sido un pueblo universal, integrador, promovía el mestizaje en América, trataba al otro, al diferente, y lo hacía como persona. Ser católico es la antítesis de ser racista o insolidario. Además es la celebración de la familia y de la infancia, todos, pilares de nuestra civilización occidental, se tenga o no se tenga fe. Porque sobre los Evangelios, la Cultura griega, y el Derecho romano se funda nuestra cultura, nuestras formas políticas, nuestra visión del mundo. Esa forma de vida occidental universal es lo que representa la Navidad, para creyentes y no creyentes. Un pueblo que olvida sus raíces espirituales y filosóficas no solo se aniquila a sí mismo sino que priva al mundo de la forma de verlo” Vídeo de 5 minutos a partir del 2:55 en adelante: Aquí un artículo comentando el discurso. Uno de los pocos que lo hace; los demás simplemente lo omiten.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Catalanizar España, por Jose María Carrascal, ABC 1978

No se asusten. No se trata de abogar por el dominio del catalán sobre el resto de los españoles; no se trata de sustituir la hegemonía madrileña por la barcelonesa. Además, dudo que a los catalanes les interesase. Los catalanes perdieron, hace mucho tiempo, sus ambiciones hegemonistas - más o menos desde aquel episodio fulgurante de los almogávares - y desde entonces se han dedicado a su propio florecimiento, en vez de malgastar energías en subyugar a los demás. Tal vez porque fueron los primeros, entre los pueblos de Europa, que comprendieron que imperialismo es contrario a democracia. Hay que temer muy pocas cosas de los catalanes, y la que menos, afanes de señorío. Lo que aquí sugerimos es cosa muy distinta y más profunda: que la catalanicidad pase a ser parte operante del alma española, hasta ahora no fecundada por ella: que el hecho catalán no se reduzca a aquella esquina, sino que se incluya en el resto de la nación, no para aplastar lo que es genuino de cada tierra, sino para ensancharlo, potenciarlo y enriquecerlo, haciéndolo más apto para la nueva situación que España inicia. Una de las mayores desgracias que ha sufrido nuestro país, es lo que ha venido presentándose como "espíritu español", apenas impregnado de catalanismo, cuando debería haber sido uno de sus ingredientes principales. Bien distinto nos hubiera ido, muchas desventuras nos hubiésemos ahorrado, de haber ocurrido así. Pues pudo haber tiempos en que, para ser algo en el mundo, lo mejor era descabezar moros, cruzar cordilleras o conquistar imperios con una docena de hombres. Pero esos tiempos han pasado hace muchos siglos, y al empeñarnos en sujetar el alma española a tales características, la hemos empequeñecido, mutiladola y haciéndola poco apta para las nuevas circunstancias. No recuerdo quién dijo, que la única forma de hacer una nación moderna de España, era llenar el país de suizos o ingleses. ¡Y eso teniendo al lado a los catalanes} ¡Qué ceguera¡ ¡Qué desatino¡ Cataluña ha sido la gran desconocida para el resto de España; desde luego más desconocida que Francia, Italia, Inglaterra o la misma Alemania. Se conoce más la literatura rusa que la catalana, y nuestro conocimiento de Cataluña, está hecho a base de cuatro lugares comunes, todos ellos erróneos cuando no agraviantes. Sólo los que, por azares de la vida, hemos tenido la suerte de que nuestras familias fueran a residir allí, pudimos darnos cuenta de las enormes diferencias que hay, entre lo que se cree en el resto de España que son los catalanes, y lo que son en realidad. España no tiene que ir fuera de sus fronteras a buscar virtudes cívicas modernas: las tiene dentro de ella misma en Cataluña, y no me refiero sólo a la laboriosidad, al sentido organizador y de empresa, a la iniciativa. Me refiero a algo más valioso y raro: a la mezcla de tradición y modernidad que hace a los países a la vez estables y dinámicos, al espíritu de cooperación, sin el que una nación no pasa de reino de taifas; al respeto a la intimidad ajena, algo prácticamente desconocido en el resto de España, y que tal vez sea la cualidad más preciosa del espíritu catalán. Todo ello lo necesita España, hoy más que nunca, pues es con esos mimbres con los que se teje auténtica democracia. Sin ellos de poco sirven Constituciones, partidos, urnas. Cataluña viene adelantándose durante los últimos siglos al resto de España, y la gran tragedia de ésta ha sido no seguir la dirección que le marcaba la que, a fin de cuentas, era su avanzadilla europea. ¿Ocurrirá otra vez algo parecido? ¿Se construirá la nueva democracia española con la colaboración de los políticos catalanes, o seguirá ignorándoseles? Y cuando hablo de políticos catalanes no me refiero a los de allí nacidos, para pasar luego por el filtro de Madrid: me refiero a los catalanes cien por cien, gentes que nos digan las cosas un poco bruscamente, sin rodeos: que nos transmitan su sentido común, su instinto práctico, su conciencia de responsabilidad individual y colectiva. Algo que estamos necesitando cada vez más angustiosamente. Cuando oigo decir a personas sensibles, inteligentes, que Cataluña no puede separarse "porque el Ejército no lo permitiría", siento como un puñetazo en plena cara. ¿Pero todavía estamos con éstas? ¿Todavía no hemos aprendido? No. Cataluña no puede separarse porque la necesitamos, hoy más que nunca, y hay que decírselo cuanto antes, bien alto, sin rubores, sin vergüenzas. Necesitamos no sólo su industria, su arte, su organización, su modernidad, sino también su espíritu, su ejemplo, sus líderes, su "seny". Y espero que ella también nos necesite a nosotros, para ser algo más que un rincón delicioso, cultivado y pintoresco en el Mediterráneo, y proyectar continentalmente, a través de España, el espíritu catalán, que todavía tiene mucho que decir en esa Europa por hacer.

 Fuente original: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1978/02/03/011.html

domingo, 8 de octubre de 2017

Convivir con los que no piensan como nosotros



Palabras de San Josemaría en encuentros en Argentina en junio de 1974

Que sembréis la paz y la alegría por todos lados;
que no digáis ninguna palabra molesta para nadie;
que sepáis ir del brazo de los que no piensan como vosotros.
Que no os maltratéis jamás;
que seáis hermanos de todas las criaturas,
sembradores de paz y alegría (1)

Con los brazos abiertos donde quepan todos: los de la derecha, los de la izquierda, los de enfrente, los de atrás, ¡todos, todos, todos!
No podemos cerrar los brazos a nadie.
No podemos ser personas de partido.
No podemos hablar de luchas, la lucha es anticristiana. ¡De disputas! 
Nosotros hablamos de entendimientos.
Nosotros hablamos de cambiar impresiones para llegar a un acuerdo.
Pero ¿de pelearse?, ¿de odiarse? ¡no! 
Dios nuestro Señor nos hace vivir la caridad y nos queremos por amor de Jesucristo, por amor de la Iglesia.
Por amor de todas las criaturas. (2)

Que esto se marcha como se va el agua de entre las manos. Esto es fugaz. Tempus breve est, afirma el Espíritu Santo. Hay muy poco tiempo para amar. (3)

(1) Teatro San Martín, Buenos Aires Argentina, 15 de junio de 1974.
http://www.unav.edu/documents/3511980/3734562/Sastre-biografia.pdf?version=1.0

(2) Teatro San Martín, Buenos Aires Argentina, 16 de junio de 1974
https://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=3&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwjwgJjGkN_WAhXFalAKHfdSApcQFggvMAI&url=http%3A%2F%2Fmultimedia.opusdei.org%2Fpdf%2Fes%2Famor_a_la_libertad.pdf&usg=AOvVaw0hvYIHDR2KhElyk7A1V3L3

(3) Teatro San Martín, Buenos Aires Argentina, 16 de junio de 1974
http://www.es.josemariaescriva.info/articulo/el-dolor2c-una-asignatura-divina

jueves, 7 de septiembre de 2017

La decisión de Sophie ante el accidente de Cedric

Soy 

Soy Sophie, tengo 41 años, tengo 4 hijos, el mayor tiene 10 años y el menor, 3. Estoy casada con Cedric desde hace 15 años, casi 16. Soy arquitecto de interiores, trabajé durante bastantes años, y hace poco dejé de hacerlo para ocuparme de mi familia, de mis hijos y de Cedric.

Cedric y yo nos casamos en 1997. Tuvo un accidente en bicicleta ocho meses después de la boda. Estuvo mucho tiempo hospitalizado, varios meses en coma. Su despertar fue muy lento. Al cabo de seis años pudimos tener a nuestro primer hijo. Ahora somos padres de una familia numerosa.

Soy cooperadora del Opus Dei desde hace tres o cuatro años. Conozco la Obra desde los 16 años. Cuando me tuve que preparar para la Confirmación, una numeraria del Opus Dei me propuso, — mejor dicho, fui yo quien se lo pedí— una sólida formación sobre los siete sacramentos. ¡Me acuerdo muy bien de todo lo que descubrí!

Cuando me decían que Cristo había muerto en la Cruz, para mí era algo precioso, pero un poco metafórico, algo poético, ¡muy bello! Pero fue realmente gracias al Opus Dei que descubrí que Cristo nos ha rescatado de nuestras faltas, comprendí el sentido del sufrimiento, el sentido de la prueba… Todo lo que no se decía en las clases de catecismo en mi colegio.

Y eso fue lo que a la adolescente que yo era le llegó al corazón. Me dije: ¡OK! , esto va en serio, no son pájaros que vuelan… ¡Estoy en el mejor de los mundos! Aquí se toman en serio las cosas. Eso es el Opus Dei, eso es san Josemaría, su fundador, y eso son los libros que ha escrito, con un espíritu peculiar, que me encanta. Siendo exigente, es también muy suave. “Camino", ese pequeño librito, me hizo mucha compañía durante el accidente de Cedric y también después. También a él, esas frasecitas tan cortas le han ayudado mucho, porque al no tener mucha memoria, no puede seguir textos muy largos.

A mí hay una frase que me acompaña siempre:"Haz lo que debes y está en lo que haces" o, al revés: "Está en lo que haces y haz lo que debes"...Bueno, no recuerdo cuál es el orden original, pero el caso es que a mí me ha llenado siempre, porque con un accidente como el de mi marido uno tiende a proyectarse, a dar muchas vueltas a las cosas, a pensar en situaciones que no llegarán nunca a dejarse llevar por problemas del pasado, y a estar rara vez en el momento presente:así que esa frase me ha ayudado mucho.

Cuando tuvo lugar el accidente, yo tenía 25 años y mi marido, 30. No lo comprendí. No casaba con el principio de nuestra historia. Yo no había vivido ningún tipo de drama: eso solo les ocurría a los demás. Y, de sopetón, ¡se me vino encima! Cuando se despertó, descubrieron poco a poco que tenía graves problemas de memoria. No se acordaba de nuestra boda, se acordaba...¡No se acordaba de nada! Se le había borrado todo el año anterior a la boda.

Así las cosas, la asistente social me dijo:"Tiene usted 25 años, toda la vida por delante, su esposo se puede quedar en estado vegetativo crónico, su vida con él será difícil. Está usted a tiempo de enfocar bien las cosas. Si quiere usted marcharse, ahora es el momento!"

Frente a eso, me dije sin dudar:" ¡Ni hablar de abandonarlo! Cedric es mi marido, Me casé con él y ahora tiene un traumatismo craniano. Me corresponde estar cerca de él". Incluso si me rebelaba un poco, que fue lo que me pasó, enseguida comprendía que era estéril. Podía rebelarme, pero me daba cuenta de que las consecuencias serían la tristeza, la rabia… y eso me iba a destruir. O bien, podía aceptar las cosas, aunque no llegara a entenderlas todas. Y aquí fue donde me ayudó la fe, el saber que un día lo entendería, ya que, en cualquier caso, Dios es Amor. Y si Dios permitía todo eso, era en pro de un bien mayor, que me tocaría ir descubriendo. Era como un voto de confianza. Y aquí estamos, 15 años después del accidente.

Mi marido ha ido progresando siempre, nunca ha retrocedido. Estamos en una escuela de realismo, en donde aprendemos que hay cosas que no llegará a hacer nunca, nunca podrá andar solo: eso se sabe. Pero en el día a día, como la casa ha sido adaptada para él, hace bastantes cosas: en la cocina, es él quien recoge, quien coloca todo en el lavaplatos; también pone la mesa y se encarga de los niños. Pueden jugar juntos, compartir cosas.

¡Pero no diría que todo es color de rosa! Hay veces...en las que él también se rebela, a veces está harto. Hay que pasar por esos altibajos. Me digo siempre que las lágrimas no matan, que nos hacen mucho bien. Por muy hombre que sea, tiene derecho a llorar. Y yo igual, con todo y con la fe, soy peleona;pero cuando lloro, lloro a mis anchas, y me permito llorar.

¡Hay que pensar que nada es grave! ¡Nada es grave! , ¡todo pasa! Nuestro hijos son maduros, están bien consigo mismos, no tengo problemas con eso. ¡A ellos también hay que armarlos frente a la mirada de los demás! Porque nuestra situación es molesta:en una sociedad donde el niño es el rey y hay que arroparlo, tener un hijo con un marido discapacitado y darle un padre discapacitado puede resultar escandaloso a algunas personas.

Pero nosotros sabemos que lo importante es el amor compartido y que Cedric tiene de sobras para ser un buen padre. Pero eso se ve en el día a día, no está escrito en su frente, no se ve por la calle. San Josemaría hablaba a menudo de lo pequeños que somos frente a todo esto:no se puede entender todo, pero en la humildad, cuando reconocemos nuestra flaqueza, Dios puede intervenir de verdad para ayudarnos. La gracia de Dios es poderosa, ¡así es! y puede desarrollarse si reconocemos nuestra flaqueza.

martes, 6 de junio de 2017

LOS HIJOS NO DEBERÍAN SER LOS MÁS IMPORTANTES DE LA FAMILIA

(John Rosemond, Naples Daily News, 1 enero 2017) Recientemente le pregunté a una pareja casada que tiene tres hijos pequeños, ninguno de ellos ha llegado a la adolescencia, "¿Quiénes son las personas más importantes en su familia?" Como todas las buenas mamás y papás de este valiente nuevo milenio, respondieron: "¡Nuestros niños!" -¿Por qué? -pregunté. "¿Qué es lo que les da ese status a tus hijos?" Y como todas las buenas mamás y papás de este valiente milenio, no pudieron responder a la pregunta sin apelar a las emociones. Así que respondí la pregunta por ellos: "No hay nada razonable que dé a vuestros hijos ese estatus". Seguí señalando que muchos, si no la mayoría de los problemas que los matrimonios están teniendo con sus hijos en la actualidad son el resultado de tratar a sus hijos como si ellos, su matrimonio y su familia debieran su existencia a los niños. De hecho, lo que ocurre es justo lo contrario. Sus hijos existen debido a los padres, a su matrimonio, a la prosperidad que sigue al crear una familia estable. Sin los padres, los hijos no comerían bien, no tendrían la bonita ropa que llevan, no vivirían en esa hermosa casa en la que viven, no disfrutarían de las vacaciones, etc. En lugar de vidas que son relativamente despreocupadas (a pesar del drama contrario al que ocasionalmente fabrican), tendrían una vidas llenas de preocupaciones y anhelos. Este tema es realmente el meollo de la cuestión. La gente de mi generación sabe que ésta es la clave porque cuando éramos niños, teníamos claro que nuestros padres eran las personas más importantes de nuestras familias. Y precisamente por eso eso, respetamos a nuestros padres y a los adultos en general. Sí, en Virginia, y en los Estados Unidos de América, los niños eran ciudadanos de segunda clase, y eso era para ellos una ventaja. También estaba claro para nosotros - hablo, por supuesto, en términos generales, pero exactos - que los matrimonios de nuestros padres eran más importantes para ellos que sus relaciones con nosotros. Por lo tanto, ni dormíamos en sus camas ni interrumpíamos sus conversaciones. La comida familiar, en casa, se consideraba más importante que las actividades después de la escuela. Mamá y papá hablaban más - mucho más - entre ellos que con nosotros. Al no tener tantas facilidades, nos emancipamos antes y con mucho más éxito que ahora. La persona más importante en un ejército es el general. La persona más importante en una corporación es el CEO. La persona más importante en un aula es el maestro. Y la persona más importante en una familia son los padres. Lo más importante con los niños es la necesidad de prepararlos adecuadamente para ser ciudadanos responsables. El objetivo prioritario en la educación no debe ser conseguir un estudiante número uno que sobresale en tres deportes, gana un lugar en el equipo de natación olímpico, va a una de las mejores universidades y se convierte en un cirujano cerebral prominente. El objetivo prioritario es criar a un niño capaz de aportar y fortalecer a la comunidad y a la cultura "Nuestro niño es la persona más importante en nuestra familia" es el primer paso para malcriar a tus hijos. Eso no es lo que tú quieres. Aunque tu hijo no lo sepa, tampoco es lo que él necesita.


jueves, 18 de mayo de 2017

EL TESTIMONIO DE UN PRESTIGIOSO DIRECTOR DE CINE ANTE UN GRUPO DE CIENTÍFICOS

Frank Capra, en su autobiografía “El nombre delante del título” explica cómo intentaba eludir una propuesta profesional que le hicieron un grupo de científicos de hacer documentales divulgativos sobre temas de Ciencia. Como no lo conseguía les dejó claros sus criterios cristianos con la esperanza de que algún científico más radical propusiera no encargárselo. No lo consiguió, dejó un testimonio de su fe y acabaría realizando un gran trabajo.

Necesitaba una excusa menos evidente para librarme de aquello. A finales del almuerzo creí haber encontrado una: -
“Caballeros, no soy su hombre -dije al comité de científicos en la intimidad de una sala del consejo-. Ustedes, caballeros, son científicos. Un hecho físico es su verdad, su Biblia, su disciplina. Bien, para mí un hecho físico es algo aburrido, a menos que... esté iluminado por un toque de lo Eterno. Así que entiendan, si yo hago un filme científico tendré que decir que la investigación científica es sólo otra expresión del Espíritu Santo que funciona en todos los hombres. Además, diré que la ciencia, esencialmente, no es más que otra faceta de la búsqueda de Dios por parte del hombre”.

 Hubo una larga pausa. Finalmente Dean Harrison, el físico del MIT, dijo:
- “Frank Capra, los científicos tienen la sensación de que hay un abismo, un abismo que se hace cada vez más grande, entre la ciencia por un lado y el Sr. Ciudadano Medio en el otro. Nos hemos hecho miembros de este Comité Consultor con la esperanza de que podamos ayudar a construir un puente sobre este abismo. Un puente artístico, un puente espiritual si quiere, que abrirá un tráfico de comprensión, de doble sentido, entre los científicos y los demás seres humanos. Usted construirá ese puente, Frank Capra, y conseguirá mucho para sí mismo y la Compañía Telefónica, pero mucho más para la nación y quizá para el mundo”.

 Como un salmón agotado, hice un último movimiento jadeante para librarme del anzuelo.
 - “Maldita sea, caballeros, supongo que no he acabado de llegar hasta ustedes. ¡No sólo soy religioso, soy católico!” -aguardé la reacción. No hubo ninguna. - “¿Y?” -dijo el Dr. Kluckhohn. - “Y no sólo un buen católico -continué-, no uno que modela sus acciones según los verbotens de papas, obispos y sacerdotes. Soy peor. Soy un católico en espíritu; uno que cree firmemente que los antimorales, los fanáticos intelectuales y la Mafias del mal pueden destruir religiones, pero nunca conquistarán la cruz. ¿No comprenden?”
- “¿Y?” -era el Dr. John Bowers, de Wisconsin.
- “¿Y? También soy un católico excéntrico. ¿Sabe usted lo que pasó hace poco? Mi esposa, una reciente conversa sin yo saberlo, me dijo que volviéramos a casarnos ante un sacerdote. La más estúpida ceremonia que nunca se haya visto en la Misión Pala. Con el hermano y la cuñada de ella, y nuestros tres hijos ya crecidos arrodillados detrás de nosotros, el padre Mondini dice: «Y yo os declaro marido y mujer.» Yo me reí entre dientes, mi esposa se rió entre dientes, mis hijos se rieron entre dientes, e incluso los impasibles indios pala se rieron entre dientes” -hice una pausa para ver el efecto de mis palabras . De nuevo el Dr John Bowers inquirió un llano:
- ”¿Y?”

sábado, 29 de abril de 2017

UNA DOCTRINA INSOSTENIBLE PUEDE ACABAR SIENDO AMPLIAMENTE COMPARTIDA

Cuenta un biógrafo* de Edit Stein: El objetivo supremo del Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores alemanes, integrado por unos pocos cientos de miembros, era el renacimiento de Alemania, envilecida y vilipendiada por la paz de Versalles y por la República de Weimar. El objetivo estaba indisolublemente vinculado a la reconquista de la gloria militar del país, estimulando el alma de la «raza aria», de la que –se decía– derivaba el carácter físico y moral del pueblo y la gente que lo forman. Por tanto, había que liberar a «la raza aria» de todos los elementos ajenos que la contaminaban: de los judíos, árbitros en gran escala de la economía alemana y de la cultura, y, en el plano social y político, del amenazador bolchevismo. La doctrina de la raza como fundamento de carácter físico y espiritual de un pueblo, por muy insostenible que pareciera al sentido común, iba expandiéndose y arraigando con el paso de los meses. Y lo que al principio se estimó absurdo acabó convirtiéndose en doctrina consistente y ampliamente compartida. (*) Francesco Salvarani. Edith Stein, Hija de Israel, hija de la Iglesia.

LA APASIONANTE PROPUESTA DE CAMBIAR EL MUNDO

Sculley, directivo de Pepsi al que Steve Jobs quería contratar para Apple, puso muchas pegas a la oferta que le hacía. Y cuenta* con qué argumento le convenció: «Steve agachó la cabeza y se miró los pies. Tras una pausa pesada e incómoda, planteó una pregunta que me atormentó durante días: “¿Quieres pasarte el resto de tu vida vendiendo agua azucarada o quieres una oportunidad para cambiar el mundo?”». (*) Isaacson, Walter. “Steve Jobs” Estamos hechos para ideales grandes, que llenen nuestro espíritu. Y desde luego es más apasionante abrir camino que seguir por los ya abiertos. Pero lo material es insuficiente; también se podría decir a Jobs: “¿Quieres pasarte el resto de tu vida innovando en tecnología o quieres una oportunidad para cambiar el mundo?”. En el entorno juvenil europeo hay jóvenes y gente madura que cae en el falso idealismo del marxismo leninismo de los nuevos populismos. En el ambiente musulmán hay jóvenes que caen en el idealismo falso del Estado Islámico. Vale la pena cambiar el mundo sin quedarse en lo pasajero sino para buscar la felicidad en esta vida y en la que viene. Sólo la esperanza cristiana lleva a aspirar a la vida eterna con Dios, no ignorando los problemas sino precisamente mejorando este mundo.

DEFECTOS QUE SON VENTAJAS. MADRE ANGÉLICA: 'TONTOS' Y 'MIEDOSOS' PARA HACER UN MILAGRO

Dice la Madre Angélica*: Estoy convencida de que Dios busca siempre tontos. Y, desde luego, ha encontrado uno: ¡yo! Hay por ahí un montón de gente muy lista que sabe que, si algo no se puede hacer, no lo hace. Sin embargo, un tonto no sabe qué es lo que se puede hacer o no. Por eso usa tontos: personas que se prestan a hacer el ridículo para que Él pueda hacer el milagro. (...) Si quieres hacer algo por el Señor... hazlo. En cuanto veas que es necesario actuar, aunque te tiemblen las rodillas, aunque estés muerto de miedo, da el primer paso. Junto con este primer paso llega la gracia y, a cada paso, más gracia. Tener miedo no es un problema: lo que nos tiene que asustar es no hacer nada (*) recogido en “Madre Angélica”, de Raymond Arroyo.

ENTERRADORES ENTERRADOS

La Iglesia está viva en 2016 y los que pretendieron enterrarla desde el siglo de las Luces, son los que descansan bajo tierra, como cuenta Georges Chevrot en su libro “Simón Pedro”: “De aquí a veinte años –decía Voltaire– ya habrá fenecido la Iglesia Católica...”. Y veinte años después moría Voltaire y la Iglesia Católica seguía viviendo. “La Iglesia –escribía Julio Janin– estaba muy enferma antes del año 1830, pero la Revolución de Julio la diezmó completamente”. Renan creyó que la sepultaba entre flores. Así, desde Celso hasta el siglo XIX, no hubo una generación en que los enterradores no se hayan aprestado a sepultar a la Iglesia, y la Iglesia vive siempre. Montalembert lo afirmaba magníficamente en el Parlamento de París, en 1845: “La Iglesia Católica tiene la victoria y la venganza aseguradas desde hace dieciocho siglos contra todos aquellos que la calumnian, la encadenan o la traicionan: su venganza es pedir por ellos y su victoria es sobrevivirles”. Jesús no nos engañó: las puertas del infierno no prevalecerán contra su Iglesia. Perpetuamente atacada, contrariada, perjudicada, prosigue, sin embargo, serena y confiada la misión que le asignó su divino Fundador. Su existencia consiste, según la feliz expresión del Padre Faber, “en una victoriosa derrota”. Si nuestra Iglesia es humana, tan débil y siempre en espera de algún fracaso o saliendo de él, ¿no es acaso divina esta Iglesia que sale regularmente victoriosa de todas sus derrotas? “Es un placer –observaba Pascal– estar en un buque azotado por la tempestad cuando estamos seguros de que no naufragará. Las persecuciones que perturban a la Iglesia son de esta índole”.

UN EMPEÑO BASADO EN LA FE

En 1937, mientras estaba refugiado -por la persecución religiosa en el Madrid republicano- en el consulado de Honduras, San Josemaría vió la posibilidad de reclamar una indemnización por el allanamiento que sufrió la Academa Residencia DYA, la primera residencia del Opus Dei, por la CNT al comienzo de la guerra. Tuvo en cuenta antecedentes de indemnización a entidades en la que particiaban extranjeros y como habían frecuentado o colaborado con DYA personas de diversas nacionalidades, por una inspiración de Dios, ve que es una oportunidad para formar a los primeros de la Obra. Asumió el caso con ahínco como de su resolución dependiera el futuro de todos ellos, cuando todavía estaba por ver si saldrían sanos y salvos de la guerra... Pero él tenía una fe sobrenatural y le importaba más por la formación, en fortaleza y tenacidad para trabajar, de las personas de la Obra que tenían libertad de movimiento para hacer las gestiones. Recojo las palabras* de las cartas San Josemaría animando a resolver el asunto -"¡Hay que darse prisa! quizá del retraso de uno o dos días dependa el buen éxito del asunto. No me dejes nada en el aire. Que vayan los papeles cuanto antes"... -"Se logre algo o no se logre nada, ¡qué tranquilidad para todos haber hecho todo lo posible por defender el patrimonio ¿no?!"... -"Adelante con el asunto de la casa, a pesar de los baches y barrancos del camino. Puede suceder que el coche vuelque. Entonces a ponerlo de nuevo sobre sus ruedas, a arreglar lo descompuesto y a seguir andando como si tal cosa. Siempre contentos: con alegría y con paz, que nunca, por nada, me debéis perder"... -"¡Mañana, mañana! Y os repito: ¡¡¡Hoy, ahora!!! Mañana y después son palabras definitivamente abolidas, en nuestro léxico. -"Sin impaciencia pero con perseverancia: un gotear constante sobre la roca de los obstáculos. ¿Me reciben bien? Bueno. ¿Me reciben mal? Mejor. Seguiré -la gota de agua- visitando con santa desvergüenza, a prueba de sofocones y de humillaciones y de sofiones y de ordinarieces (¡cuánta riqueza!), muy contento y con paz, hasta que se aburran -yo no me he de aburrir, debe ser vuestro propósito- y acaben por recibirme con agasajo: como a un amigo o como a una calamidad inevitable… -"Hijos, ¿os habéis hecho la ilusión de que es posible andar sin vencer resistencia? Pues claro que siempre y en todo hemos de encontrar grandes dificultades unas veces, y otras, pequeñas dificultades. Por cierto que las primeras, de ordinario, se notan menos, porque enardecen: es en las segundas que producen escozor a nuestra soberbia, y nada más, donde Él nos espera. Sí: en esas antesalas; en esas incorrecciones; en aquel oir: 'ese individuo'... ; en la amabilidad de ayer que hoy se vuelve descortesía" ... -"es naturalísimo que cada uno vaya a su particular conveniencia. Así aprenderéis a vivir... y a ser tozudos. No tengamos la valentía del caracol que cuando tropiezan sus cuernos con un obstáculo, los esconde y se oculta enteramente en la cáscara de su egoísmo. Mejor el empuje, la acometividad y la perseverancia del toro bravo: que hace cisco con los medios de que cuenta, las vallas que se oponen a su alcance. Y, a nosotros, es verdad que no nos faltan -ni nos faltarán- obstáculos y vallas, pero también es verdad que nos sobran medios... si queremos emplearlos. ¿No? Pues a ponerlos. (...) ¡Ah! Y siempre muy contentos." (*) en "El Fundador del Opus Dei" tomo II, pág. 87-95, de Andrés Vázquez de Prada)

EL ALIENTO Y LA CRÍTICA QUE ESPERAMOS DEL AMIGO

Tras la muerte de un amigo, se siente un gran vacío. No se trata solamente del vacío de una ausencia, ahora irremediable. Es más bien la impresión de que una parte de nosotros mismos queda en adelante sin aprobación, sin reflejo, sin eco, e incluso sin crítica.* (*) Jean Guitton en su libro Pablo VI secreto

TRATA A TODOS COMO A PRÍNCIPES Y ASÍ DARÁN LO MEJOR DE SÍ MISMOS

Ernst Jünger* en su obra «Sobre los acantilados de mármol» (Barcelona, 2008) presenta a un personaje cuya norma de vida nos resulta inspiradora. Otón trataba a todos los seres humanos que se le acercasen «como hallazgos raros descubiertos en una caminata. Le gustaba calificar a los humanos de “optimates”, palabra con la cual quería indicar que a todos es preciso contarlos entre la nobleza genuina de este mundo y que cada uno de ellos puede obsequiarnos con las dádivas más excelsas. Tomaba a los seres humanos como si fueran vasijas de lo maravilloso y a todos les reconocía derechos de príncipes, como a imágenes excelsas. Y realmente yo veía cómo todas las personas que se acercaban a él se abrían cual plantas que despertasen de un sueño invernal; y no es que se hicieran mejores, sino que se hacían más ellas mismas” (*) Jünger en sus 103 años de vida, vivió dos guerras mundiales, se opuso activamente al nazismo, recibió el premio Goethe como mejor escritor de la lengua alemana. Entregó su vida, pocos meses después de su conversión a la fe católica, el 17 de febrero de 1988.

EL MARTIRIO DE IR CONTRA CORRIENTE: NOVIOS, CASADOS, SACERDOTES, ETC.

San Juan Pablo II recordaba que seguir a Cristo puede suponer el martirio de ir contra corriente: “Quizás a vosotros no se os pedirá la sangre, pero sí ciertamente la fidelidad a Cristo, en las situaciones de cada día. Estoy pensando en - los novios y su dificultad de vivir, en el mundo de hoy, la pureza antes del matrimonio. - los matrimonios jóvenes y en las pruebas a las que se expone su compromiso de mutua fidelidad. - el que ha empezado un camino de especial consagración y en las dificultades que a veces tiene que afrontar para perseverar en su entrega a Dios y a los hermanos. ¿Es difícil creer en un mundo así? Sí, no hay que ocultarlo. Es difícil, pero con la ayuda de la gracia es posible, como Jesús dijo a Pedro: “No te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mt 16,17). Para estos nobles objetivos no estáis solos. Tenéis a vuestras familias, a vuestras comunidades, a vuestros sacerdotes y educadores y a tantos de vosotros que, en lo oculto, no se cansan de amar a Cristo y de creer en Él: ¡muchos como vosotros luchan y con la gracia del Señor vencen! (*) JMJ Roma, 19 agosto 2000, nn. 4-6

SI VES TODO NEGRO, CAMBIA DE GAFAS

Una persona comentó a San Josemaría que con tanto daño como se hace en el mundo no es tan sencillo estar alegre. Ésta fue la respuesta del santo*: “Siempre ha habido que luchar, siempre. No pensemos que ha habido una época en que no había enemigos de la Iglesia. ¡Cámbiate de gafas! No seas derrotista; cómprate unas gafas nuevas y entonces verás que la Redención ha estado haciéndose siempre, que hay que luchar, que hay que ser fieles, que hemos de comernos el mundo. ¡Cómprate unas gafas nuevas! *tertulia diciembre 1974

NINGÚN TIEMPO PASADO FUE MEJOR

Dice San Agustín*: ¿Por qué, pues, has de pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor que los actuales? Desde el primer Adán hasta el Adán de hoy, ésta es la perspectiva humana: trabajo y sudor, espinas y cardos. ¿Se ha desencadenado sobre nosotros algún diluvio? ¿Hemos tenido aquellos difíciles tiempos de hambre y de guerras? Precisamente nos los refiere la historia para que nos abstengamos de protestar contra Dios en los tiempos actuales. ¡Qué tiempos tan terribles fueron aquéllos! ¿No nos hace temblar el solo hecho de escucharlos o leerlos? Así es que tenemos más motivos para alegrarnos de vivir en este tiempo que para quejarnos de él (*) San Agustín,Sermón Caillau-Saint Yves 2, 92

PARA EL RELATIVISMO LOS CRÍMENES NAZIS NO DEBIERON CONDENARSE

Jean-Paul Sartre, el célebre ateo y relativista moral, fue coherente cuando protestó contra los juicios de Núremberg hacia los criminales de guerra nazis que les acusaban de «crímenes contra la humanidad», porque no fueron juzgados por la ley alemana o francesa, sino por la ley natural, la ley universal. El juicio presumía que tal ley moral universal existía realmente. Sartre había enseñado siempre lo contrario. Fue coherente. Las democracias no tenían derecho a juzgar a los nazis si todos los valores eran relativos a las diferentes culturas o a los diferentes individuos. Este fue el testimonio de una bancarrota moral intolerable, inadmisible y difícil de soportar. Gracias a Dios existen relativistas morales como Sartre, que nos muestran a dónde nos lleva realmente el relativismo. (Peter Kreeft en su libro "Cómo tomar decisiones")

¡EMPIEZA!

¡EMPIEZA! Dimidium facti qui cepit habet El que empieza tiene la mitad hecho (Horacio, Epístola II del Epistularum liber primus, n. 40)

ALEGRES Y ESPERANZADOS AUNQUE EL MUNDO SE HUNDA

San Agustín escribió "La ciudad de Dios" para demostrar que incluso aunque el mundo entero se hunda, aun cuando Roma cayera en ruinas y la civilización derivase hacia tiempos oscuros, debemos trabajar con esperanza y estar alegres porque somos ciudadanos no de un mundo que se muere, sino de la ciudad viviente de Dios, “esta ciudad tiene unos fundamentos cuyo arquitecto y constructor es Dios”, es la ciudad a la que Dios hecho carne ha prometido que “las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Peter Kreeft, "Como tomar decisiones")

AL FINAL SÓLO QUEDAN LAS PERSONAS

Tenemos que llevar un fruto que permanezca. Pero, ¿qué queda? El dinero no se queda. Los edificios tampoco se quedan, ni los libros. Después de un cierto tiempo, más o menos largo, todo esto desaparece. Lo único que permanece eternamente es el alma humana, el hombre creado por Dios para la eternidad. El fruto que queda, por tanto, es el que hemos sembrado en las almas humanas, el amor, el conocimiento; el gesto capaz de tocar el corazón; la palabra que abre el alma a la alegría del Señor. (Joseph Ratzinger, 2 abril 2005)

BUSCAR LA FELICIDAD EN EL LUGAR CORRECTO

La felicidad es algo que todos quieren, pero una de las mayores tragedias de este mundo es que muchísima gente jamás la encuentra, porque la busca en los lugares equivocados. La verdadera felicidad se encuentra en Dios. Necesitamos tener el valor de poner nuestras esperanzas más profundas solamente en Dios, no en el dinero, la carrera, el éxito mundano o en nuestras relaciones personales, sino en Dios. Sólo él puede satisfacer las necesidades más profundas de nuestro corazón. Cuando comenzáis a ser amigos de Dios, todo en la vida empieza a cambiar. A medida que lo vais conociendo mejor, percibís el deseo de reflejar algo de su infinita bondad en vuestra propia vida. Cuando todo esto comience a sucederos, estáis en camino hacia la santidad. (Benedicto XVI en Reino Unido, septiembre 2010)

CONOCERSE: EN FAMILIA SOMOS MÁS AUTÉNTICOS

Un consejo que escuché en la Universidad es que si alguien quería saber cómo era realmente un amigo o una amiga, tenía que averiguar, discretamente, a través de sus hermanos, que viven con él a diario, para saber cómo se desenvuelve en casa. Es lógico, con los que convivimos es más fácil ser uno mismo, y puede ser más heroico vivir la caridad habitualmente. He recordado esto al releer este fragmento de Los hermanos Karamazov de Fedor Dostoievski: “Amo a la Humanidad; pero, para gran sorpresa mía, cuanto más amo a la Humanidad en general, menos amo a la gente en particular, como individuos. Más de una vez he soñado con pasión servir a la humanidad y quizás hubiera subido al calvario verdaderamente por mis semejantes, si hubiera hecho falta; pero no puedo vivir con una persona dos días seguidos en la misma habitación, lo sé por experiencia. En cuanto siento a alguien cerca de mí, su personalidad oprime mi amor propio y estorba mi libertad. En veinticuatro horas puedo cogerle manía a la mejor persona: al uno porque se queda demasiado tiempo a la mesa, al otro porque está resfriado y no hace más que estornudar”

LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD… CRISTIANAS

La Revolución francesa no estableció la libertad, la igualdad y la fraternidad. En realidad, estos valores o bienes son esencialmente cristianos: basta leer el Nuevo Testamento. - «La verdad os hará libres» (Jn 8, 32), dice Jesús. - San Pablo recuerda: «fuisteis llamados a la libertad» (Gal 5, 13). - El mismo apóstol proclama la igualdad: «Ya no hay diferencia entre judío y griego, ni entre esclavo y libre, ni entre varón y mujer, ya que todos vosotros sois uno solo en Cristo Jesús» (Gal 3, 28). - Y Jesucristo establece la fraternidad universal: «Todos vosotros sois hermanos» (Mt 23, 8), con la caridad mutua como consecuencia: «Un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros». (Jn 13, 34). (Fernando Ocariz “Sobre Dios, la Iglesia y el mundo”)

LA FUERZA TRANSFORMADORA DE MANIFESTAR LO QUE CREEMOS

Alexander Solzhenitsyn, escritor y disidente ruso, premio Nobel de literatura, en verano de 1945, poco después de haber sido encarcelado por criticar a Stalin en una carta privada, seguía siendo un marxista y ateo convencido. En ese momento, en prisión conoció Boris Gammerov, cuatro años menor que él. Cuenta Joseph Pearce en la biografía “Solzhenitsyn, un alma en el exilio”: “Apenas acababan de conocerse mantuvieron una larga conversación, principalmente sobre política. Solzhenitsyn recordó a lo largo del diálogo una de las oraciones favoritas del presidente Roosevelt de la última época, que había sido publicada unos meses antes por un periódico soviético tras su muerte. Tras citar la oración, Solzhenitsyn manifestó una opinión que consideraba evidente: «Es pura hipocresía, por supuesto». Pero Gammerov lo sorprendió frunciendo el ceño y manifestando su disconformidad. «¿Por qué?», preguntó el joven. «¿Por qué no puedes admitir la posibilidad de que un líder político crea sinceramente en Dios?». Solzhenitsyn se quedó totalmente desconcertado por la respuesta de Gammerov. Si aquellas palabras hubieran sido pronunciadas por alguien perteneciente a la generación de sus padres las habría deses­timado como meras tonterías supersticiosas. A fin de cuentas, estaban en 1945 y la sociedad soviética había progresado más allá de la creencia irracional en un Dios, fuera el que fuese. Pero no había sido un viejo ruso atado a las tradiciones de los creyentes quien había dado la réplica a su convencido ateísmo, sino un nuevo creyente que ni siquiera había nacido cuando la revolución acabó con la reli­gión para siempre, al menos supuestamente. Obligado a reflexionar sobre su afirmación, Solzhenitsyn comprendió de pronto que su condena de la oración de Roosevelt no había surgido de sus convicciones, sino como una respuesta pavloviana inculcada en él por la educación soviética. Por una vez se quedó sin palabras y no supo cómo responder a la pregunta de Gammerov. En lugar de ello, le preguntó mansamente si creía en Dios. «Por supuesto», fue la sencilla respuesta. Solzhenitsyn volvió a quedarse sin habla

LA DULZURA DEL AMOR, A PESAR DEL SUFRIMIENTO

El escritor Dietrich Von Hildebrand, opositor declarado al régimen de Hitler en la Alemania de los años 30 y después en Austria, sufrió mucho por su postura. Su esposa después de la guerra, al ver la mansión familiar de los Hildebrand en Munich, le preguntó: "Después de pasar muchos años de tu vida en casas tan bonitas y elegantes como estas, ¿no te resultó muy difícil vivir tanto tiempo en pisos miserables y dependiendo exclusivamente de la ayuda de los demás?". Él se le quedó mirando con sincero asombro. "¿Cómo puedes preguntarme eso? -exclamó- ¡No cambiaría por nada del mundo la dicha de saborear la dulzura de la caridad cristiana!”* (*) DIETRICH VON HILDEBRAND, Mi lucha contra Hitler

LA MADRE TERESA DE CALCUTA Y ADOLF HITLER

En el Simposio San Josemaría en Jaén Carlos Andreu Pintado al explicar el test DISC, una herramienta de estudio de la personalidad que él explica y aplica de un modo tan divertido ha dicho que Hitler y la Madre Teresa de Calcuta si lo hicieran saldrían en la misma casilla, y sin embargo uno dejó un rastro de sangre y odio y la otra una espiral de misericordia y amor. Es un ejemplo de cómo lo importante no son los talentos concretos, más o menos, sino el buen uso que hagas de ellos.

LA LIBERTAD, PRINCIPAL DIFERENCIA ENTRE COMUNISMO Y CRISTIANISMO

"A lo largo de los años he tenido que demostrar en diversos lugares que el socialismo, que tantos pensadores del mundo occidental veían como el reino de la justicia, estaba en realidad plagado de coacción, de codicia burocrática, de corrupción y avaricia, y que no podía ser puesto en práctica sin ayuda de la coacción. La propaganda comunista contenía a veces afirmaciones como «incluimos todos los mandamientos del evangelio en nuestra ideología». La diferencia estriba en que el evangelio pide que se alcancen las cosas a través del amor, de la autolimitación, pero el socialismo sólo utiliza la coacción"* (*) Alexander Solzhenitsyn, en el libro “Solzhenitsyn, un alma en el exilio” de Joseph Pearce. Ed. Ciudadela

EL SUFRIMIENTO ESTÁ PARA CONSTRUIR LA CIVILIZACIÓN DEL AMOR

Una matrimonio con hijos adoptó a un niño con síndrome de Down y al poco tuvo el padre de familia tuvo cáncer. Ya era una familia numerosa con las alegrías que supone ser muchos hermanos, pero este hijo adoptado, con Síndrome de Down, al que llamaron José, fue una inyección de alegría para todos. Una persona conocida de la familia, en un momento delicado de la enfermedad le decía a su mujer: si Dios es bueno, ¿como ha permitido que tu marido enferme, después de que hayáis tenido ese acto de generosidad de una adopción difícil? Y en esos días, una de las hijas decía a su madre: Mamá, fíjate lo que estamos pasando este año con la enfermedad de papá, ¿te imaginas qué hubiera pasado si encima no tuviéramos a José? Le consideraban un ángel que Dios les había enviado entre otras cosas para sobrellevar la enfermedad de su padre. Decía* San Juan Pablo II: El sufrimiento está presente en el mundo para provocar amor, para hacer nacer obras de amor al prójimo, para transformar toda la civilización humana en la “civilización del amor”. (*) Salvifici doloris n. 30

LA DISIDENCIA INTERIOR DERRIBA LAS TIRANÍAS

Para cese una dictadura es necesaria la disidencia interior. En el libro “Solzhenistyn, un alma en el exilio” de Joseph Pearce se cuenta el día en que el premio Nobel ruso decidió vencer el miedo para criticar en público, en una lectura de su obra "El primer círculo” ante 500 personas, en plena dictadura soviética. Cuando acabó su discurso con un ataque al KGB, esta fue la reacción del público: “Al principio la audiencia se quedó anonadada ante el valor aparentemente suicida del orador que tenían ante sí. No se sabía de nadie en la Unión Soviética que hubiera atacado de aquella forma al KGB desde una plataforma pública. Simplemente era algo que no se hacía. Aquello demostraba un coraje que iba más allá del sentido del deber y de los límites de lo seguro, un coraje que los pusilánimes habrían calificado de insensato. Sin embargo, Solzhenitsyn acababa de pronunciar aquellas palabras ante sus incrédulos oídos. Con un creciente sentimiento de euforia, la audiencia escuchó atentamente mientras él empezaba a leer un fragmento de El primer círculo, la novela prohibida que había confiscado el KGB. En aquella ocasión, y a diferencia de las lecturas de la novela que había ofrecido en el instituto Kurchakov, que fueron mucho más acomodaticias en com­paración, Solzhenitsyn leyó a propósito los capítulos más provocadores, los más políticos. Se sentía intoxicado por la libertad de expresión y siempre recordaría con placer «aquella hora de libertad para hablar desde un estrado ante una audiencia de quinientas personas también intoxicadas de libertad» En pocos días, aquellas quinientas personas desataron una reacción en cadena de chismorreo por todo Moscú que hizo que toda la ciudad resonara con las noticias del atrevido desafío de Solzhenitsyn al KGB. Acababa de nacer la leyenda de Solzhenitsyn”.

COMUNISMO, ESA FRATERNIDAD E IGUALDAD SIN LIBERTAD

“Mi padre decía que un comunista era uno que te exigía que fueras su hermano o que, si no, te abría el cráneo”* (*) Joseph Pearce, Mi carrera con el diablo, Editorial Palabra